Octava película de María, una aventura de estilo americano. Al principio el filme engancha: ¿por que disparan? ¿quienes? ¿cuántos son? ¿es maría una ladrona?
Pasado este comienzo de presentación, nos encontramos en unas montañas apartadas, carreteras que no conducen a ningún sitio, solitarias, desconocidas (en ningún momento se nos indica por que lugar transcurre la acción), y es entonces cuando notamos que, como en muchos filmes españoles de esta época, la técnica del sonido es infame. Se aprecia (y se oye) el motor de los coches, el murmullo del río, los disparos, los pájaros, pero resulta muy difícil oir (entender) a los dos protagonistas.
La dirigió Gonzalo López Gallego, para mi desconocido, aunque he leído que tras este filme de cierto éxito, fue a EE.UU para hacer otros filmes. En "El rey de...", aparte de dirigirla, era suyo el guión, y fue el montador final. Evidentemente, otro realizador que tiene una idea original, pero al que le cuesta encontrar financiamiento. En este caso habían diversos socios, entre ellos el ICO y la Junta de Andalucía.
Se nota la falta de dinero. El montaje es apresurado, no quedan claro las preguntas que nos hacíamos al principio, y nos hacemos más: ¿es que nadie se da cuenta de la muerte de los 2 policías? ¿no vive nadie civilizado en estos parajes? ¿era en realidad un juego?
No me acabó de gustar, se sigue por la intriga. Leonardo Sbaraglia está fuera de lugar, se le nota incomodo, y eso que es un gran actor. María bien, como siempre, este papel de luchadora incansable le debió ir bien para rodar después "La fuga"
Lástima que muera, parece su sino, desde "La flaqueza..." a "El hombre de arena", y posteriormente, desde "Cracks" a "Libertador"
En fin, una buena idea que no acaba de cuajar, seguramente por los medios.
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