EL FORASTERO (1940)

   Hay películas que no te cansas de ver, aunque sea una vez al año: "Casablanca", "La diligencia", Solo ante el peligro", "Historias de Filadelfia" o "Luna nueva" por poner unos cuantos ejemplos.

   No es el caso de "El forastero", que, sin ser mala, ni mucho menos, no es de lo mejor que ha hecho William Wyler, realizador que empezó en la Universal (era pariente de Carl Laemmle), y que en 1936 llegó a United Artists contratado por Samuel Goldwyn, estudio en el que estuvo 10 años (1936-46)

   Este filme fue el único western que rodó para Goldwyn, y queda lejos de los dramas que hizo en este período: "Esos tres" (1936), "Desengaño" (1936), "Punto muerto" (1937), "Cumbres borrascosas" (1939), "La loba" (1941), y para mi, la mejor, la película que puso punto y final a su contrato, "Los mejores años de nuestra vida" (1946), y que supuso el primer oscar a la mejor película para Goldwyn.

   United Artists era un estudio que tardó mucho en rodar en color. Aquí no hace falta. Estaba Gregg Toland, un gran cámara especializado en blanco y negro, y estaba James Basevi, excelente director artístico, que, no obstante, poco trabajo debió tener en el filme, rodado en estudio, y con casi únicamente un decorado: el bar del juez Bean.

   Y estaba Gary Cooper, correcto como siempre, interpretando al vaquero honrado, sencillo, parco de expresiones y no excento de ironía. Pero, en el papel de Roy Bean está Walter Brennan, que acaba robándole el protagonismo. La actriz es una total desconocida, Doris Davenport, que no lo hace mal.

   En cuanto la cinta, empieza y termina bien. Le falta ritmo en la parte central. Los diálogos repetitivos se contagian de la pobreza del paisaje y los decorados. No es un clásico, aunque a muchos les gustara.

   Para terminar dos anécdotas: Al principio sale Dana Andrews unos 20 segundos, y en la carátula lo anuncian como el cuarto protagonista. Y Goldwyn, fiel a sus principios, en los títulos de crédito sale en último lugar, por detrás de Wyler. Una falta de respeto.