Se ha hablado siempre de la gran cosecha, cinematográficamente hablando, que fue el año 1939. Pues bien, 1946 no tiene nada que envidiarle. Recordemos: "Los mejores años de nuestra vida", "Duelo al sol", "El sueño eterno", "!Qué bello es vivir!", "Pasión de los fuertes", "Forajidos", "El limpiabotas", "Encadenados", "El filo de la navaja" o "El cartero siempre llama dos veces".
Todas ellas obras maestras, a las que se podría añadir la que aquí comento, "Gilda", quizás el único acierto de un director tan mediocre como Charles Vidor.
Aunque lo que nunca entendí, es que un filme tan estimulante como "Gilda", pasase la férrea censura franquista de la época. Y no es porque enseñe mucho. Ni siquiera en la famosa escena del striptease de Rita bailando, !si sólo se quita un guante!, aunque hay que ver como se lo quita
Pero no es lo que se enseña, es lo que se insinúa, como la relación a tres (o a cuatro, si contamos el bastón-bayoneta que, en un momento del filme, se le tilda de "amiga". Incluso se pasa de puntillas en la relación entre Johnny y Balin. Y no digamos de la trama criminal, no se la cree nadie. Más parece un Mc.Guffin.
No obstante, el filme se ve con agrado, con interés, y sobretodo trasladándonos a 50 años antes.
Glenn Ford se convirtió en estrella con esta película, pese a que tiene mejores interpretaciones. Rita se reafirmó como la niña mimada de Harry Cohn, pero el mejor papel era para George Macready, encasillado para siempre como el malo por autonomasia, y aunque su carrera, salvo "Senderos de gloria", fuera diluyéndose. También aparece Joseph Calleia, componiendo su sempiterno papel de policía misterioso, algo que ya había mostrado en "Argel"
Un clásico, y debe tenerse respeto a los clásicos
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