Me pareció que evidenciaba demasiada propaganda pro-USA (que sí), que estaba rodada como un documental (que también), pero en las sucesivas veces que la he repasado, cada vez me gusta más.
Y es que en manos de un director artesano, se hubiera despachado como un filme propagandístico más, pero Henry Hathaway le imprime un ritmo veloz desde el primer momento. No desarrolla del todo el carácter de los protagonistas, no hay tiempo, lo que interesa es el desarrollo de la historia y el desenlace final. Rueda en escenarios prácticamente en cada lugar que sucede: EE.UU., Inglaterra, Holanda, y Francia. Y todo en una hora y media.
El protagonista, casi exclusivo, es James Cagney. Curioso caso el de este actor. Bailarín profesional en Broadway, en el cine interpretó todo tipo de gangsters, ganando su Oscar en el únco filme musical que interpretó, "Yanqui Dandy".
Demasiado bajo para convertirse en galán, en esta película apenas se le ven los zapatos. La experiencia de Hathaway hizo que no se le filmara completamente y no se viese tan bajo. Eso aparte, sale muy airoso de su papel.
Todos los demás intérpretes tienen menos papel, pero yo destacaría a Annabella, actriz francesa que debutó nada menos que en el "Napoleón" de Abel Gance (1927). Había trabajado sin demasiado éxito en Hollywood, y aquí estaba casi al final de su carrera, a la que llegó debido a ser muy fotogénica. Había estado casada con Tyrone Power.
Correctos trabajos para Frank Latimore, Walter Abel, E.G.Marshall, Richard Conte, interpretando al malo de la función, y sobresaliente el pequeño rol de Sam Jaffe como alcalde de un pueblo francés ocupado. !Ah!, y en un papel de extra, en uno de sus primeros trabajos, el genial Karl Malden.
Para verla y disfrutarla cada equis tiempo.
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